martes, 10 de enero de 2012



El mundo giraba según reglas propias e impenetrables y azares que incluían apariciones y desapariciones, vidas y muertes, alegría y tristeza.

Y lo más que podía hacer ella, era asumir esas reglas como suyas, flotar sintiéndose parte de una descomunal broma cósmica mientras era arrastrada por la corriente, braceando para seguir a flote; en vez de agotarse pretendiendo remontarla o entenderla.
De ese modo había llegado a la convicción de que era inútil desesperarse o luchar por nada que no fuese el momento concreto, el acto de inspiración y espiración, los ochenta y cinco latidos por minuto que la mantenían viva.
Era absurdo gastar energía en disparos contra las sombras, escupiendo al cielo.

Lana Del Rey - Born To Die

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