martes, 7 de febrero de 2012

NO HAY NADA QUE EXPLICAR



En la mañana, el chaval despierta, 
porque la luz entra por su ventana abierta 
y acierta a vestirse con un polo, vaqueros y gorra, 
perderá el autobús como no corra. 
Hay una zorra de la que está enamorado,
pero él necesita alguien al lado para que le socorran. 
Debajo de la ropa sucia, aparta su riñonera, 
Su casa es pequeña y no hay señas de haber niñera, 
pero no es problema,
¿qué coño es eso de desayunar?
Se lanza escaleras abajo, esquivando a sus vecinos 
que van al trabajo y que le miran mal. 
Es el típico chico que cobra aunque no la líe, 




y si nota que sobra, aun así sonríe; 
no tuvo un modelo de conducta a seguir,
y a veces se disgusta, porque le asusta su porvenir. 
Está en bachillerato, pero hace muchas pellas para no tenerlas, 
porque él sabe que si no, te estrellas. 
Comprenderá que hay caminos con muros indivisibles, 
no duros, sino invisibles…


Ya por la tarde, el chaval se sienta,
y acierta a observar la nada con mirada incierta.
En el mismo banco, mismo parque, misma ciudad,
se oye el mismo llanto sin notar que vaya a cambiar…
Son los mismos viejos, mismos chulos y mismas putas;
se ven desde lejos, siguen juntos la misma ruta 
hacia un paisaje gris de hielo sobre losas sin brillo,
no hay pájaros en el cielo, hay “mariposas” en bolsillos…
¿Y quién cortó sus alas? Si no fue más que el viento...
¿Quién disparó sus balas? Si no fue más que el tiempo...
Si el aire que ahora inhalas se llevará tu aliento,
con tus mejores galas y tu nombre en cemento…
El niño espera, un aliciente, un guiño ahí fuera,
viene un cliente buscando algo de su riñonera,
hace el trabajo y sube a kelo con la vieja,
si es otro día más de un cuento sin moraleja…

Elio Toffana ft. Dano - Cuento sin moraleja

KILGORIOTE

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